debería haberle creído a Dios, pero no lo hizo. La serpiente era una mentirosa. El dijo que no morirían. Eva rechazó la verdad y creyó una mentira. Ella fue engañada. La fruta prohibida le pareció buena para comer. Era hermosa. Era deseable para hacerle a ella sabia. Por eso, comió la fruta prohibida. También, ella le dio la fruta a su esposo. Entonces sus ojos fueron abiertos. Su inocencia fue quitada y ellos ya sabían que estaban desnudos. Ahora, conocían la maldad de la cual su Dios cariñoso trataba
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